Residencia Psicología Escolar

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La necesidad de elevar la calidad de vida en nuestro país demanda de cambios profundos que sólo se pueden lograr a través de la educación, que en esencia constituye la oportunidad para enfrentar los desafíos del futuro. Para ello, se requiere de profesionales sólidamente formados y de programas académicos que permitan un vínculo estrecho entre los desarrollos disciplinares y las necesidades de la sociedad, y en este caso, de los entornos educativos.

Los avances en psicología y educación señalan la necesidad de promover el desarrollo integral del estudiante, tanto en los aspectos cognoscitivos, como en los afectivos y sociales. El modelo ecológico aplicado a la educación enfatiza que es indispensable un abordaje interactivo y multidimensional, que atienda al alumno tomando en cuenta el contexto en el que se desenvuelve; por lo tanto, el compromiso de los profesionales en el medio escolar consiste en contribuir al mejoramiento de las condiciones educativas atendiendo a la relación entre el educando, la escuela, la familia y la comunidad.

Se considera la trascendencia de la vinculación escuela-hogar, puesto que la investigación realizada a lo largo de 40 años ha demostrado que el ambiente familiar es un poderoso predictor del desempeño intelectual y/o escolar; se ha confirmado, que los(as) estudiantes se benefician de las condiciones y prácticas familiares que enfatizan y estimulan el aprendizaje escolar (Coleman y col., 1966; Grolnick y Ryan, 1989; Marjoribanks, 1996; Wade, 2004; Bronstein, Ginsburg y Herrera, 2005; Murray, O’Bryan y Ocampo, 2008).

En congruencia con las tendencias contemporáneas en psicología, se sostiene que el papel del psicólogo escolar debe centrarse en la promoción y prevención, más que en la mera corrección de problemas existentes. El foco de atención consiste en el estudio psicológico de las situaciones educativas de las cuales se desprenden principios, modelos, teorías, procedimientos prácticos de evaluación e instrucción, así como métodos de investigación apropiados para analizar el pensamiento y los procesos de aprendizaje y afectivos de los educandos, en el marco de los complejos procesos sociales y culturales de las escuelas.

Nuestro sistema educativo aún presenta grandes deficiencias, particularmente en el nivel básico: altos índices de reprobación, deserción y bajo nivel de aprovechamiento. El diagnóstico nacional realizado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (2009) muestra que el abandono de estudios en primaria es del 8.4% y en secundaria llega al 20%; la evaluación del aprendizaje a través de pruebas EXCALE indica que el 14% de los alumnos de 6º de primaria no alcanzan las competencias básicas en español y matemáticas y el 44% de los de estudiantes de 3º de secundaria. Asimismo, los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) informan que los niños(as)mexicanos obtienen resultados del 50% en Lectura, Matemáticas y Ciencias (OCDE, 2007).

Por ello, es una exigencia la búsqueda de métodos innovadores de enseñanza y evaluación, de modelos alternos de asesoría y formación del magisterio, y de programas más eficaces que fortalezcan el vínculo escuela-hogar (Programa Nacional de Educación 2001- 2006).

Para responder a las necesidades y demandas que plantean maestros, padres de familia y alumnos(as), así como a los requerimientos de la sociedad, del conocimiento y de la globalización, el Programa Sectorial de Educación (2007-2012) plantea objetivos alrededor de los propósitos del Plan Nacional de Desarrollo, cuyo cumplimiento contribuirá al logro de las metas de cobertura y calidad educativa, desarrollo tecnológico, prosperidad, equidad y competitividad. Entre los objetivos más importantes, se propone: 1) Elevar la calidad de la educación para que los estudiantes mejoren su nivel de logro educativo, cuenten con los medios para tener acceso a un mayor bienestar y contribuyan al desarrollo nacional y 2) Ofrecer una educación integral que equilibre la formación en valores, el desarrollo de competencias y la adquisición de conocimientos.

Por todo lo anterior, se requiere de profesionales que contribuyan al desarrollo de condiciones educativas cada vez mejores y a la solución de los diversos problemas que hoy se afrontan en este ámbito. El programa de la Residencia en Psicología Escolar está concebido para formar a este tipo de profesional, en el marco de los estudios de posgrado. Se orienta a desarrollar competencias múltiples (conocimientos, habilidades y actitudes) en el estudiante de nivel de maestría en lo relativo a evaluación, intervención e innovación a través del ejercicio profesional y la investigación en escenarios educativos auténticos, apoyados mediante un sistema de supervisión experta en campo.

 El programa se encuentra anclado en el nivel educativo básico (educación inicial, preescolar, primaria y secundaria), reconociendo que este nivel requiere de particular atención, dadas las repercusiones que tiene en el educando para su futuro escolar y personal; “es la etapa de formación de las personas en la que se desarrollan las habilidades de pensamiento y las competencias básicas para favorecer el aprendizaje sistemático y continuo, así como las disposiciones y actitudes que normarán su vida…”. “Es además, el nivel educativo más numeroso del sistema educativo nacional” (pág. 107), ya a la fecha incluye a casi 25 millones de alumnos (78% del total). “Alcanzar la equidad en la educación básica –en el acceso, la permanencia y el logro– es un imperativo de justicia y constituye el propósito central en materia de educación básica” (p. 108)(Programa Nacional de Educación 2001-2006).

        –   Información sobre la Residencia

– Perfil de Ingreso

– Perfil de Egreso

– Requisitos de Ingreso

– Requisitos de Permanencia

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